Y si la sustancia revolucionaria ya no fuera la fuerza de voluntad sino la sensibilidad para detectar todas las corrientes de energía social para que fluyan con toda su potencia [...] La sensibilidad sería la cualidad principal del rebelde, como la fuerza de voluntad lo fue del revolucionario, porque ya no se trata de imponer a lo real un sentido previo, sino de abrirse a sentir por dónde circula la potencia y ser capaz de acompañarla sin forzar, con tacto. Hasta el final de sus posibilidades.

Nuevas Narrativas
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